Happy Island
Queridos lectores,
El pasado 26 de septiembre, fui a ver representada la obra Happy Island en el Teatro del Bosque, Móstoles.
Happy Island nace del encuentro de La Ribot con la compañía de baile de Madeira Dançando com a diferença. Es un espectáculo de danza contemporánea e inclusiva, donde sus cinco componentes María, Joana, Pedro, Sofía y Bárbara, con discapacidad física e intelectual, se entregan en escena con total libertad en esta oda a la imaginación, al alborozo y a la existencia en sus formas más variadas.
La actuación explora intensidades perturbadoras y crea lugares de sueño subjetivos e imaginarios a tiempo. La descripción de audio intenta capturar las imágenes y traducirlas acústicamente.
En cuanto diseño del escenario, la decoración es muy simple. Cabe destacar que la compañía viaja ''con los materiales a cuestas'' de una ciudad a otra, por lo que buscan ir lo más ligeros posible, tal y como indicaron al finalizar la obra. En el fondo del escenario, se observa una pantalla blanca donde se lanzará una proyección durante la representación. El escenario está completamente vacío, cuyo suelo y paredes laterales son de color negro. Hay pocos accesorios y la luz tampoco es muy llamativa.
El pasado 26 de septiembre, fui a ver representada la obra Happy Island en el Teatro del Bosque, Móstoles.
Happy Island nace del encuentro de La Ribot con la compañía de baile de Madeira Dançando com a diferença. Es un espectáculo de danza contemporánea e inclusiva, donde sus cinco componentes María, Joana, Pedro, Sofía y Bárbara, con discapacidad física e intelectual, se entregan en escena con total libertad en esta oda a la imaginación, al alborozo y a la existencia en sus formas más variadas.
Es una obra que no necesita texto para ser entendida. Es una obra que se disfruta, que se siente. Empieza con la danza de los actores, y prosigue con un primer plano de María, aparece sentada en una silla de ruedas. Todo el público se queda ensimismado mirando cómo María se ata el cabello con movimientos temblorosos durante unos minutos, y lentamente, con esfuerzo deja su silla de ruedas en posición lateral en el piso del escenario. Al levantar el colorido tocado de plumas, se convierte en "una serpiente voladora".
En cuanto diseño del escenario, la decoración es muy simple. Cabe destacar que la compañía viaja ''con los materiales a cuestas'' de una ciudad a otra, por lo que buscan ir lo más ligeros posible, tal y como indicaron al finalizar la obra. En el fondo del escenario, se observa una pantalla blanca donde se lanzará una proyección durante la representación. El escenario está completamente vacío, cuyo suelo y paredes laterales son de color negro. Hay pocos accesorios y la luz tampoco es muy llamativa.
La selección de música es muy enérgica e impulsiva, y conduce la obra a través de la pieza. De algún modo la música crea cierta controversia en el público. Resulta incómoda al principio, y familiar al cabo de unos minutos. Pasa de ser algo inesperado, a cuadrar totalmente con la obra.
Para concluir la obra, en la proyección, podemos disfrutar de una película corta, aproximadamente 5 minutos, grabada en uno de los parques más bonitos de Madeira. La grabación se hizo en un sólo día, dado que buscaban la condición meteorológica exacta para que hubiese niebla durante el rodaje.
En esta película aparece la compañía al completo, y los artistas aparecen bailando excéntricamente. Nos enseñan su pasión por el arte, por la vida. Ese deseo de existir con toda la fuerza del cuerpo y su belleza única, a la vez que desafía con fuerza y alegría las ideas preconcebidas sobre las personas con discapacidad, derribando estos perjuicios.
En esta película aparece la compañía al completo, y los artistas aparecen bailando excéntricamente. Nos enseñan su pasión por el arte, por la vida. Ese deseo de existir con toda la fuerza del cuerpo y su belleza única, a la vez que desafía con fuerza y alegría las ideas preconcebidas sobre las personas con discapacidad, derribando estos perjuicios.
Os dejo esta Entrevista a La Ribot, donde habla de cómo nació la obra, qué dificultades y retos conlleva trabajar con gente con discapacidad, y los beneficios que supone ganar autonomía y confianza gracias a la representación.
"En Happy Island hay personas que son lugares y lugares que son personas, y en ese encuentro o tensión entre ambos se genera la ficción, el mito, la leyenda. Sin renunciar a la realidad", Claudia Galhós.
Uno de los aspectos más destacados de la obra, sería por tanto la falta de texto, de diálogo. La comunicación verbal no existe en esta obra. Solo son sus cuerpos interactuando en el escenario. El cuerpo espectral como una voz que no permite la indiferencia. Que incluso incomoda.
Este tema que suele ser tabú, como es el cuerpo discapacitado, se aborda desde la capacidad de superación, el esfuerzo y, al contrario de a lo que estamos acostumbrados, se le da visibilidad. También destaca la presencia de la sexualidad, que suele ser poco habitual en este tipo de obras. No se oculta la sexualidad, se exhibe, embellece la obra y le aporta un carácter adulto, y critica que la individualidad y el deseo también son propios de la gente con discapacidad.
Concluyo diciendo, que es un placer disfrutar de obras de este calibre, donde las personas con discapacidad no se vean obstaculizadas ni ocultadas por ello, sino que se despliegan por igual y expanden sus horizontes. Y esta compañía ha conseguido hacerlo realidad. Esta obra es un medio para derribar las barreras a la participación cultural y la diversidad. Es una creación cultural que recomiendo sin lugar a dudas, y que abre la mente a otro estilo de representaciones, que si bien no deja a nadie indiferente, incita a ver más obras de inclusión y participación social.
Este tema que suele ser tabú, como es el cuerpo discapacitado, se aborda desde la capacidad de superación, el esfuerzo y, al contrario de a lo que estamos acostumbrados, se le da visibilidad. También destaca la presencia de la sexualidad, que suele ser poco habitual en este tipo de obras. No se oculta la sexualidad, se exhibe, embellece la obra y le aporta un carácter adulto, y critica que la individualidad y el deseo también son propios de la gente con discapacidad.
Concluyo diciendo, que es un placer disfrutar de obras de este calibre, donde las personas con discapacidad no se vean obstaculizadas ni ocultadas por ello, sino que se despliegan por igual y expanden sus horizontes. Y esta compañía ha conseguido hacerlo realidad. Esta obra es un medio para derribar las barreras a la participación cultural y la diversidad. Es una creación cultural que recomiendo sin lugar a dudas, y que abre la mente a otro estilo de representaciones, que si bien no deja a nadie indiferente, incita a ver más obras de inclusión y participación social.
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